lunes, 4 de abril de 2011

Poema sobre un parcial domiciliario

Y me encontré frente a ese cursor titilante. Con cada latido amenazaba mi existencia. Y la hoja en blanco, impávida, muda. ¿Dónde están las ideas que escapan a mi entendimiento? ¿Dónde busco, dónde alcanzo, dónde puedo? ¿Dónde? La ráfaga original no llega y mi ser recóndito, en algún rincón oscuro e insondable, siente, siente. La batalla ha sido perdida.

martes, 28 de septiembre de 2010

Tijereteada...


No se con exactitud cómo ni cuando esta práctica empezó a ser relevante en mi vida, pero lo que puedo asegurar es que es cien por ciento efectiva.

Existen momentos en los que buscamos sin encontrar. Hay situaciones en las que algún objeto que estábamos seguros se encontraba ahí cerca, al alcance de nuestras manos, desaparece cómo por arte de magia.

¡Desesperación! ¡Furia! Impotencia de saber que está en algún lado, pero no logramos hallarlo.

Solemos caer en la típica frase: “cuando deje de buscarlo seguro que aparece”. Sin embargo, puedo afirmar que ya no es necesario que recurras al engaño de pensar que ni te importa, porque la solución es tan simple cómo eficaz.

Cada vez que pierdas algo y no lo encuentres por ningún lado, y lo busques con la certeza de que estaba por ahí…. Abrí una tijera y dejala abierta sobre una mesa, no importa el tamaño, el material o si es china o de costurera. Seguí buscando y el objeto perdido aparecerá en cuestión de segundos. Incluso solemos encontrarlo en aquellos lugares en donde ya habíamos revisado.

Probalo y verás que funciona… Y ¡Cuidado! No pierdas la tijera…

lunes, 20 de septiembre de 2010

El comentario de la tía

20 de septiembre de 2010...¿Ya 20 de septiembre? En un día empieza la primavera y en escasos meses termina el año. Y otro año más que pasa...y no nos damos cuenta. Y seguro que pronto llega Navidad, y el comentario de la tía Marita, que es el mismo comentario de todas las Navidades: "como se pasó este aaaaaañooooooo", Y sí, tía Marita, te festejo el comentario porque me siento identificada.
Cuando eramos infantes el año era una eternidad y los veranos duraban décadas. Duraban tanto que hasta teníamos tiempo de aburrirnos...Mocosos insolentes, ahora el verano dura menos que mi tratamiento anticelulitis y el año se te pasa tan pero tan rápido que todo lo que me propuse en marzo, para hacer durante el 2010, pasará sin escala (y sin remordimientos) a la lista de "cosas por hacer en el 2011". ¿2011? ¿Ya 2011? Tía Marita, llevá los tomates rellenos que yo preparo el Vitel Toné.

sábado, 21 de agosto de 2010

Breve reflexión sobre la tarea de ser voluntario…

Según el Manual de voluntariado en Educación para docentes de escuelas secundarias, “…un voluntario es aquella persona que, además de realizar su trabajo particular y cumplir con sus obligaciones, dedica parte de su tiempo libre a realizar actividades en bien de los demás, de un modo responsable, continuo, desinteresado y sin esperar a cambio retribución material.” Resalta a su vez, que dicho actor debe conocer la realidad sobre la que va a intervenir; y capacitarse en consecuencia para poder realizar su actividad con los elementos necesarios.

Sugiere además que ser voluntario tiene que ver con el hacer, ya que se vincula con lo concreto. Pero además tiene que ver con una actitud, que parte de la motivación personal, expresada como servicio a los demás y basada en la solidaridad.

El voluntariado tiene sentido como expresión de la participación y de la solidaridad social, la cual se hace efectiva a través de valores que sustentan la gratuidad y el compromiso de construir una sociedad más justa, con valores muy diferentes a los de la sociedad de consumo, pues nada tiene que ver con el individualismo y las relaciones mercantiles que en ella se privilegian, establecen y promulgan. Por lo tanto, no debemos caer en el reduccionismo de intentar transformar el aporte del voluntariado en un bien económico y, cómo tal, en un bien de intercambio.

En ésta misma línea, la motivación para ser voluntario no debe tener que ver con el beneficio personal que nos otorga ampliar nuestro currículum con la participación en este tipo de experiencias; ni tampoco el hecho de conseguir una práctica pre profesional accesible.

Si decidís ser voluntario, que tus motivos tengan que ver con una entrega que vaya más allá de lo individual, que te permita involucrarte con realidades diferentes, y que en ese ser parte puedas trabajar para materializar de alguna forma lo que realmente sentís, soñas y crees desde la razón.

El aporte del voluntariado es único y creativo, y como tal insustituible. Se mueve en el plano de una relación dialógica y de complementariedad con otros agentes y profesionales, como parte integrante de un proyecto global; y es gracias al trabajo conjunto e interdisciplinario que se pueden lograr aportes significativos en la vida de los demás.

domingo, 25 de julio de 2010

Oxímora

Dulce amargura
de permisos prohibidos
santo pecado
si recuerda su olvido

Es la turbia transparencia
del milagro cotidiano
transitoria permanencia
de un enfermo que está sano

Con ágil torpeza
grita un suspiro
y se alegra con tristeza
de este cálido frío

Sumisa independencia
de cobarde aguerrido
no hay mayor ambivalencia
que la de un único sentido

jueves, 15 de julio de 2010

Nueva Entrada

"Nueva entrada". ¿Por qué nueva? ¿Acaso no se registran las veces en que me hago representaciones mentales escribiendo para este sitio? ¿No era eso suficiente? Yo me había quedado con la idea de la imagen acústica, esa representación mental del signo donde hasta puedo escuchar el sonido del tipeo. Ustedes, ¿pueden escucharlo? No importa, con hacerse la idea es suficiente. Nuestros amigos signos viven y se actualizan en la manera en que le damos sentido así que propongo libre albedrío.
"Las asociaciones libres, es decir, las distracciones del tema central, el acto de papar moscas o las visitas a la luna de Valencia son habituales en el funcionamiento de la mente humana, y con ellas la mente descansa y se prepara para inventar". Fue esta frase que leí hoy en un libro de Alicia Steimberg la que me pseudo inspiró, así que invito a que sigamos inventando.

lunes, 14 de junio de 2010

Descategorizar

¿A qué se debe la manía que tenemos de llenar de categorías nuestra cotidianeidad? Nos pasamos la vida clasificándolo todo. Tenemos amigos de la facu, del club, de futbol, de teatro, de la escuela. Tenemos ropa para andar y prendas que se usan sólo para “salir”. Hay vinos para ocasiones especiales y vinos para todos los días. Solemos usar la vajilla fina cuando viene la suegra, y dejar los platos baratos para cualquier otro ágape. Algunos suelen usar hojas especiales- las he visto amarillas- para desarrollar las preguntas de un parcial, claramente por cábala, y las de cuadernillo para tomar apuntes.

Existen quienes están obsesionados con los colores y tiene el placard ordenado según esa categoría, separando obviamente la ropa de invierno de la de verano. Y estamos los que no toleramos mezclar ropa blanca con ropa de color al momento de lavarla.

Sin embargo, estas clasificaciones no son las que me llaman la atención, dentro de mi accionar las creo lógicas y de una naturaleza claramente pragmática. Lo que me asombra y extraña, es la manera en que discriminamos personas, la forma que elegimos para nombrarlas y cómo naturalizamos esa discriminación, eso que la “Real Academia Española” define como seleccionar excluyendo.

Cuando interactuamos por primera vez con alguien no podemos evitar preguntarle qué hace de su vida, dónde vive, la edad que tiene y hasta algunas veces preguntamos a qué signo del zodíaco pertenece. Indagamos por la cantidad de hermanos que tiene y qué hacen sus papás. Pareciera que nos es imposible relacionarnos con otro sin caer en estos lugares comunes. Nuestro propósito parece evidente: descubrir en qué categoría encasillarlo y así facilitar nuestro diálogo. ¿No sería mejor dejar de lado los parámetros establecidos?

Debatimos si tal es gay, o aquel es rata; un debate que lleva a un sólo lugar, poder por fin encontrarle una clase. Todo aquel que no cumpla con los parámetros pasa a engordar la categoría de raro, lugar subjetivo si los hay. No paro de preguntarme qué es ser raro, y a medida que armo una posible definición no puedo evitar caer en ambigüedades tales como: aquel que no es normal… ¿qué es ser normal?

Como es de suponer, hay categorías que tienen más prestigio que otras. Los que no se bañan quedan automáticamente estigmatizados, los gordos son siempre el blanco de las bromas – lo bueno es que no nos reímos de ellos, sino con ellos –, los feos nos dan penita, aunque también están los feos con onda.

Los extranjeros, según de donde provengan y que formación tengan, pueden ser objeto de nuestra admiración, como también objeto de nuestras bajezas menos enorgullecedoras. ¿Por qué si un chico con rasgos bolivianos nos pregunta amablemente la hora en el subte seguro nos quiere “chorear”? Muy diferente es si la hora la pregunta un rubiecito de ojos claros, vestido a la moda, al que le da paja buscar su celular último modelo en su mochila Nike. Creo que más de una se hace la linda.

Discriminar no es más que clasificar a las personas como si fuesen objetos. Creo que en su acepción peyorativa, tiene que ver con una clasificación que se hace a partir del desconocimiento del otro, o a partir de datos preguntados al azar como si fuesen la esencia de las personas.

Todo aquel que no se mueve de acuerdo a nuestros esquemas pasa a ser excluido automáticamente de nuestro entorno, de nuestra atención y de nuestras preocupaciones. ¿Existe una manera alternativa de relacionarnos que no tenga que ver con la reificación constante de los sujetos? Claro que sí, pero requiere de una sensibilidad que tenemos sin explorar, pero la tenemos.

Me animo a preguntarte: ¿qué te hace reír?

sábado, 5 de junio de 2010

Clarín y K: breve crónica de amores y odios

2003, asume K. Gobierno legal, pero se discute si con su tímido 22% es legítimo. No importa, la legitimidad se va ganando de a poco, ¿o comprándose diríamos? Todo puede ser. Y aquí es donde entra Clarín, aliado de un gobierno que necesita con desesperación que el pueblo -que todavía no sabe cómo pronunciar el apellido de su presidente- lo conozca.

Enseguida comienzan las buenas noticias: parece que este tipo está haciendo las cosas relativamente bien. Después de tanta inestabilidad institucional el pueblo se conforma con eso. Las buenas noticias por supuesto vienen de la mano de Clarín, cuyas páginas saturan de propaganda oficial. Sí, aquella misma que hoy vemos los domingos de Fútbol para todos.

2005, el romance se consolida. El gobierno ha alcanzado su ansiada legitimidad y decide devolver favores. Sanciona el decreto 527/05 y se suspenden por el plazo de diez años los términos que estuvieren transcurriendo de las licencias de servicios de radiodifusión. Muchachos, tranquilos, tenemos Clarín para rato.

Hay un par de reclamos en contra de la medida, voces aisladas. El diario Perfil hace pública la falta de equidad en la repartición de la propaganda oficial, pero a pocos les interesa. La discusión sobre la necesidad de cambiar la ley de Radiodifusión no sale de las cuatro paredes de la facultad de Ciencias Sociales.

2008, este amor ya no le sirve a nadie. Conflicto gobierno-campo: los intereses de Clarín no se pueden traicionar de esa manera, y enseguida todos se olvidan de viejos favores en épocas de romance. Las buenas noticias se convierten en malas, cada vez peores. ¿Cambió el gobierno o cambió el lente con el que se mira?

2009, el contraataque no tarda en llegar. El mismo gobierno que prorrogó las licencias, que repartía como quería la propaganda oficial, que se alió con Clarín mientras le fue conveniente, ahora aboga por una ley en contra de los monopolios, a favor de una “verdadera libertad de prensa”.

Interesante, una ley que evite promover lo que ellos mismos hicieron durante su primer gobierno. Por supuesto, a la hora de defender esta medida, los K se olvidan de su pasado cercano. Una amnesia contagiosa, ya que el grupo Clarín también reniega esta alianza.

Y así esta ex pareja se vuelve cómplice. Juntos se dedican a mostrarse como enemigos: cuanto más chabacano se vuelve el insulto de TN a Canal 7 -y viceversa- más olvidado parece el viejo romance.

Ya veremos cómo sigue esta historia de amores y odios… por lo pronto, queda claro que su principal protagonista es la hipocresía.

domingo, 30 de mayo de 2010

“Fútbol para todos”

Falta cada vez menos para que empiecen los partidos de fútbol del Mundial 2010 pero hace ya varios meses que se vive la euforia. El tema de conversación va cobrando día a día más relevancia en la vida de todos y de cada uno, aunque con intensidades diferentes.
El fútbol es un deporte con un lugar especial en la vida de los argentinos: es sagrado, intocable, machista y pasional. Pero si del mundial se trata, todos nos convertimos en hinchas incondicionales. Las banderas celestes y blancas, las camisetas, los gorros y las cornetas brillan más que en las fechas patrias. Hay euforia por la nación y se canta el himno con energía. Todo el país está mirando con ansias al equipo y rezándole al santo de su devoción para que gane los partidos. No sólo se revitaliza el orgullo nacional, sino también, la unidad ciudadana.
“El mundo es redondo” y Cristóbal Colón se revuelve en su tumba. Cualquier producto o servicio que podamos adquirir en estos momentos se refiere a la selección nacional. Todas las marcas se han convertido en hinchas o sponsors oficiales de la selección. Los yogures son los que nutren a los jugadores del plantel y los televisores se ofrecen en todos los tamaños, formas y colores como si se estuviera ofreciendo un kilo de pan. Los jugadores todavía no patearon la pelota oficial y ya están en televisión hace meses haciendo el rol de modelos; son la imagen del momento. Esta apuesta publicitaria demuestra que es lo que le preocupa y le interesa hoy a la gente. Pero todas estas marcas están esperando que el equipo argentino avance en la clasificación y llegue a la final. De lo contrario, no podrían amortizar tanto dinero invertido y tendrían que esperar cuatro años más para buscar la revancha.
Mientras tanto, seguiremos escuchando la formación del equipo, una lista que se borra de la noche a la mañana, en la que los jugadores aparecen y desaparecen como por arte de magia.
¿Podemos quedarnos afuera del mundial? Como espectadores, creo que estamos condenados a seguir a la masa. Si no vemos ni sabemos como sale Argentina en el Mundial 2010 es porque apagamos los televisores, dejamos de comprar el diario, no salimos de nuestra casa, no fuimos a trabajar, apagamos los teléfonos y nos quedamos dormidos varios días sin levantar la persiana.

martes, 11 de mayo de 2010

Romper el hielo...

Para algunos es fácil romper el hielo, tienen dentro de su naturaleza el poder de la desvergüenza; o tal vez, han sido dotados de una gran sonrisa y de unos pícaros y despiertos ojos que los eximen de dar explicaciones. Ellos rompen el silencio o la incomodidad de no saber qué hacer, se lanzan y siempre caen bien parados.

Otros, para romper el hielo, preferimos los pequeños grandes detalles. ¡Ojo! no se trata de conformismo, sino de valorar todos los momentos del día.
A la mañana, no existe nada más agradable que el olorcito a café recién hecho que emana de la cafetera y nos hace olvidar que son las siete menos diez y que el sol aún no se asomó. Que mejor que agarrar un tazón y llenarlo hasta arriba – amargo para mí, por favor - y en un rapto de cariño mañanero, llenar otra taza y llevársela a tu novio, amigo o amante, que aún no puede despegar y sigue con la cabeza debajo de la almohada.

La ducha matutina es un buen rompe hielos, nos sacude y nos despierta animándonos a encarar la fría mañana limpitos y perfumados. Ni hablar del mate amargo a mitad de mañana, cebado arriba de un escritorio lleno de papeles y de lapiceras, de listas de pendientes y paquetes de galletitas a medio terminar, siempre compartido con aquel compañero que se está un escritorio mas allá, perdido entre carpetas y formularios.

El llamado inesperado de un amigo, para cortar la tarde y despejar la mente, es el rompe hielo ideal para encarar la tardecita con más ánimo y menos chinche. Una buena lectura arriba del bondi hace que el viaje sea más ameno, y a veces, hace que deseemos que dure un ratito más.